El Gobierno Vasco ha revisado el cuadro macroeconómico para este año con un ajuste al alza de una décima y con un marcado perfil de crecimiento "fuerte y sostenido". Así, las previsiones sobre la variación del PIB sitúan la tasa en el 2,5% para 2018 y arrojan una primera previsión del 2,2% para el año que viene. El tractor que liderará el crecimiento del PIB seguirá siendo la demanda interna. Respecto al mercado laboral, las nuevas previsiones reflejan una mejoría del empleo para este año del 1,9% —que equivale a la creación de 17.000 empleos aproximadamente, cuando la previsión anterior era de 15.000 y del 1,7%—. Para el 2019 se sumarían 13.000 nuevos puestos de trabajo, lo que supondría una mejora del 1,4%.
De cumplirse estos crecimientos, el año que viene se recuperaría el empleo existente en 2006, aunque faltarían unos 30.000 puestos de trabajo para llegar al nivel del 2008, el máximo de la serie histórica. La tasa de desempleo se reducirá al 10,5% este año y llegará al 10% en término medio para 2019. De esta manera, se prevé una reducción de la tasa de paro por debajo del 10% en el segundo semestre del año que viene. La estabilidad en la evolución del PIB se traslada al mercado de trabajo en forma de una creación constante de puestos de trabajo. A finales de 2017, el número de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo de la economía vasca superaba los 943.000, con 18.400 empleos más que los existentes un año antes.
En lo que atañe a los salarios, respecto a los convenios colectivos los incrementos salariales pactados se aceleraron a lo largo de 2017 hasta situarse en un 1,6%, por encima de las subidas de años anteriores. La información disponible por parte del Gobierno Vasco sobre la negociación colectiva de este año es todavía insuficiente, pero apunta a una continuidad en el proceso de subidas salariales, con un valor medio del 1,7% y con una firma de convenios en los primeros meses que acuerdan un avance del 2,3%.
La economía vasca volvió a dar muestras de estabilidad en su crecimiento en el tramo final del año pasado, período en el que su PIB aumentó un 3% interanual, igualando la cifra anterior. En el conjunto del año, el crecimiento se situó en el 2,9%, tan solo dos décimas por debajo de lo registrado en 2016. Con ello, encadena su tercer año consecutivo en el entorno del 3%. El hecho de que el segundo semestre de 2017 haya sido algo más expansivo que el primero sugiere al Ejecutivo de Gasteiz que todavía no ha empezado la fase de desaceleración que se había previsto. Algunos de los elementos que ayudan en esa buena evolución son el dinamismo de los mercados exteriores, la política monetaria del BCE y la mejora de las expectativas de los agentes ecenómicos.
Desde el punto de vista de la oferta la característica principal es que a la solidez que ya mostraban la industria y los servicios se le ha añadido ahora la construcción, que encadena su segundo trimestre cerca del 3%. La demanda interna fue el motor de la economía vasca y creció un 3,1% interanual en el último trimeste del año pasado. El consumo de los hogares mejoró, asimismo, un 2,8% entre odctubre y diciembre de 2017 y fue el primer trimestre en aumentar claramente por debajo del PIB, lo que tendría una lectura positiva: indicaria que las familias ajustan su gasto a la generación de renta, sin recurrir a un mayor endeudamiento.
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La economía vasca da muestra de una estabilidad con tendencias positivas. |
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