El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el que sirve para denunciar la violencia que se ejerce contra infinidad de mujeres a lo largo del mundo y para exigir políticas que ayuden a su erradicación en todos los países. La convocatoria nació en 1981 de la mano del movimiento feminista latinoamericano, en recuerdo de la fecha en que fueron asesinadas las hermanas Mirabal en la República Dominicana. Fueron tres hermanas que se opusieron firmemente a la dictadura de Trujillo, siendo asesinadas por sicarios del régimen. En 1999 la jornada de reivindicación fue asumida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 54/134, invitando a gobiernos y organizaciones a convocar actividades que sensibilizaran a la opinión pública sobre la lacra de la violencia contra la mujer.
La forma más habitual de violencia que padecen las mujeres en el mundo es la violencia física por parte de una pareja, siendo golpeadas u obligadas a mantener relaciones sexuales. Según denuncia la ONU, entre las formas cotidianas de violencia están el tráfico de mujeres, la mutilación genital femenina, el asesinato por causa de la dote, la violencia sexual en escenarios de guerra... Hasta el 70% de las mujeres experimenta violencia a lo largo de su vida, tal y como reflejan los datos del citado organismo.
La violencia contra la mujer, además de ser una flagrante violación de los derechos humanos más elementales, es consecuencia de la discriminación que sufre, tanto a nivel legal como en la práctica. La persistencia de desigualdades por razón de género está en el origen mismo del problema. A nivel estatal, según el artículo 1.1 de la Ley Orgánica 1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la violencia de género, ésta se define como "manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia" y "comprende todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de la libertad".
En 2012 las víctimas mortales por violencia de género fueron 52 a nivel estatal. Los dos años siguientes la cifra se elevó a 54 y, finalmente, el año pasado fueron 57. De las mujeres asesinadas en 2015, sólo 13 habían denunciado y el grupo más amplio, de 18 mujeres, tenían entre 41 y 58 años. Otras 16 estaban entre los 31 y 40, y 11 no habían cumplido la treintena. La mayoría de ellas, 44, aún mantenía una relación de pareja con el homicida, mientras que 11 la habían interrumpido.
En lo que llevamos de año 40 mujeres han muerto a manos de sus parejas, una de ellas en Euskadi. En nuestra comunidad, 50 mujeres viven escoltadas las 24 horas del día por la Ertzaintza, y cien reciben vigilancias. No obstante, el problema de este tipo de violencia afecta hasta a 4.352 mujeres, que reciben algún tipo de atención policial: 774 en Álava, 2.134 en Bizkaia y 1.444 en Gipuzkoa. Son 897 las víctimas con dispositivos de emergencia para establecer comunicación con la Ertzaintza.
En ese contexto, Emakunde solicita la 'actitud activa' y la 'implicación masiva' de la sociedad vasca frente a la violencia de género. Poniendo en valor los avances logrados hasta ahora, la directora del organismo, Izaskun Landaida, ha destacado que hay que profundizar en las labores de sensibilización y concienciación porque aún queda mucho por hacer.
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Enakunde pide una actitud activa y la implicación masiva por parte de la sociedad vasca. |
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