Uno de cada cuatro casos de acoso escolar, el 23% concretamente, se comete a través de las nuevas tecnologías, y es el móvil la herramienta más utilizada por quienes hostigan a sus víctimas. Son datos recogidos en el 'Estudio sobre ciberbullying según los afectados' de la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación Anar. La primera trabaja en diversos aspectos relacionados con la acción social, el apoyo a la investigación científica en materia de salud, la difusión cultural y el fomento de la seguridad vial. La segunda, por su parte, fue fundada en 1970 y su cometido es el de ayudar a niños y adolescentes en situación de riesgo.
Los datos recogidos en el estudio son muy esclarecedores. Los casos de bullying han aumentado exponencialmente desde 2009. En aquel año, los casos contrastados y atendidos fueron 154. En 2015 ya han sido 573. En lo que se refiere al año en curso, desde enero han crecido las llamadas de padres, especialmente madres, que piden ayuda. También los profesores y orientadores de centros escolares están solicitando más información sobre los posibles protocolos de actuación. Asimismo, ha aumentado el número de niños y adolescentes solicitantes de ayuda, ya que padecen un alto nivel de ansiedad por sentirse objeto de acoso. Lo mismo ocurre con los padres de niños que son testigo de situaciones de bullying.
Respecto al perfil de los niños que sufren acoso, el 51% son chicas y el 49% chicos. En lo que se refiere a la edad, la más crítica se sitúa entre los 12 y los 13 años. En los casos de ciberacoso, la frecuencia aumenta con la edad, de forma que a partir de los 13 años el 36,5% de los casos de bullying, es decir más de uno de cada tres, son por esta vía. El universo de la muestra lo integran niños y adolescentes que han sufrido acoso escolar y que han llamado al Teléfono Anar entre 2013 y 2015. De forma aleatoria, se han cogido 550 casos de los 1.363 atendidos, de los que 127 eran de ciberbullying.
La edad media de inicio del ciberacoso es de 13,6 años, superior a la del acoso escolar en general, que se sitúa en 11,6 años. Es evidente que está relacionado con el momento de acceso de los más jóvenes a las tecnologías, sobre todo a los teléfonos móviles. La agresión más habitual suele ser el insulto (81%), aunque también hay amenazas en el 37% de los casos y, en menor medida, difusión de rumores (11%).
En los casos estudiados de ciberbullying la presencia de mujeres es superior a la de los hombres (70,2% frente al 29,8%). Por cada varón que sufre este tipo de acoso, existen 2,4 mujeres en idénticas circunstancias. La mayoría de las víctimas eran de nacionalidad española y pertenecían a familias convencionales y sin problemas económicos en el 86% de los casos. El móvil es la herramienta más habitual para perpetrar este tipo de fechorías. En concreto, WhatsApp es la aplicación más utilizada para tal fin, concretamente en el 81% de los casos. El acoso a través de las redes sociales le sigue, con el 36,2%.
En lo que atañe a la frecuencia con la que se produce el ciberacoso, el hostigamiento es diario para el 71,8% de los víctimas. Los ataques suelen prolongarse a lo largo del tiempo y un 38,1% de los casos estudiados llevaba más de un año en esta situación, y otro 40,7% entre un mes y un año. Los autores del informe detectaron un 30,6% de casos de 'alta gravedad' porque al acoso cibernético se le sumaban acciones físicas y agresiones como golpes o patadas durante más de un año, con frecuencia diaria, y de forma cada vez más violenta.
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