El Gobierno español ha aprobado esta semana el nuevo cuadro macroeconómico, que mejora las cifras tanto en el apartado del crecimiento como en el de creación de empleo respecto de lo previsto en el Programa de Estabilidad enviado a Bruselas el pasado mes de abril. No obstante, las nuevas previsiones no recogen el ajuste de 15.000 millones de euros que exigen las autoridades de la Unión Europea para el próximo año. En cualquier caso, para el presente 2016 la cifra de crecimiento de la economía española se ha revisado al alza en dos décimas, hasta el 2,9%, mientras que se reduce una décima para 2017, quedando la estimación en el 2,3%. A su vez, se espera la creación de 900.000 empleos en los dos ejercicios, mientras que el paro bajaría en un millón. Si ello se cumpliera, la tasa de desempleo disminuiría hasta el 16,6% a finales del año que viene, siendo la más baja desde 2008 en el conjunto del Estado.
Estas son las cifras que servirán de base al Ejecutivo para la elaboración de los Presupuestos de 2017, una vez se haya resuelto la actual parálisis política. El Consejo de Ministros considera estas variables "realistas y prudentes", si se tiene en cuenta que, según el avance del PIB del segundo trimestre de este año publicado por el INE, el crecimiento anual de la economía española se sitúa en el 3,2%. El nuevo cuadro macroeconómico estima que el PIB real mantendrá una velocidad del 2,6% entre este año y el que viene, pese a las incertidumbres en el entorno internacional, entre las que cabe destacar las generadas por la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
De hecho, esta cifra supera la media de la zona euro prevista por los organismos internacionales, que es del 1,6% y 1,5% en estos dos años, y se produce aunque las previsiones de crecimiento de la economía mundial se han revisado a la baja respecto a lo que se proyectaba la pasada primavera, hasta el 3,1% y el 3,5%. En ese contexto, se mantiene la estimación de los tipos de interés y se considera que el precio del petróleo estará algo por encima, cercano a los 50 dólares por barril el año que viene.
La mejora en dos décimas de la previsión del Gobierno para este año se produce gracias a una mayor aportación de la demanda interna y a una menor detracción de la externa. La variación es de una décima en ambos casos —3,2 puntos y -0,3, respectivamente—. Tanto el consumo privado como las exportaciones se han revisado ligeramente al alza, mientras que en lo que atañe a la inversión la revisión es de dos décimas a la baja, hasta el 5,4%. Por el contrario, para el año 2017 el Ejecutivo de Rajoy cree que el PIB crecerá una décima menos de lo previsto en abril, hasta el 2,3%. Esta reducción estaría motivada por una menor aportación de la demanda interna, más en concreto de la inversión, tanto en construcción como en bienes de equipo, que aún así crecerá el 4,2% el año que viene.
Si las previsiones se cumplen, a finales de 2017 habrá en España 3.777.000 parados, tras haberse reducido la cifra en un millón. Así, se confía en que la tasa de paro cierre el cuarto trimestre del año próximo en el 16,6% de la población activa en paro, lo que supondría bajar 4,3 puntos en dos años. Ahora queda por ver la evolución de la situación política y los efectos que de la misma puedan derivarse en el cumplimento de las previsiones realizadas. La incertidumbre sigue siendo el ingrediente fundamental de la vida política y también afecta de manera muy destacada a la economía.
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