El Banco Central Europeo (BCE) acaba de decidir que los billetes de 500 euros dejarán de imprimirse en 2018, aunque los ya existentes mantendrán su valor sin fecha de caducidad. Es la primera vez desde el nacimiento de la moneda única europea hace quince años que el euro pierde una de sus denominaciones. En apariencia, se trata de una medida destinada a luchar contra el crimen aunque algunos países dudan de su efectividad. De hecho, las autoridades alemanas se han enfrentado abiertamente a las del BCE por no estar de acuerdo con esta decisión. El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, duda de que lo acordado vaya a acabar con las actividades ilícitas. Así, el Consejo de Gobierno de la entidad bancaria, compuesto por seis miembros del Consejo Ejecutivo y los 19 gobernadores de los bancos centrales del euro, ha optado por una solución intermedia, ya que el peso de los billetes de 500 se irá reduciendo de forma progresiva y no de golpe.
Cuando el euro llegó a los bolsillos de los ciudadanos, en 2002, se pusieron en circulación algo más de 60 millones de unidades del billete de 500. En marzo de 2016 había llegado a la cota de 594 millones de unidades, y de ellos 68 millones circulan en España —un 11,4% del total—, según se desprende de la información ofrecida por el Banco de España. Es uno de los billetes que más valor tiene entre todas las divisas del mundo, sólo superado por el de 1.000 francos suizos (909 euros) y el de 10.000 dólares de Singapur (6,404 euros). Precisamente, ese valor obligó a incluir medidas de seguridad reforzadas para evitar falsificaciones. Gracias a ello es uno de los menos falsificados, junto al billete de 200 euros.
En todo caso, las autoridades policiales han vinculado al billete de 500 con las grandes fortunas y con estafas de idéntico tamaño, así como con el blanqueo de capitales e incluso con la financiación del terrorismo. Desde 2010 las oficinas de cambio de divisas del Reino Unido no intercambian billetes de 500 euros por su reiterada utilización para blanquear dinero. Según las autoridades, el 90% de esos billetes en circulación en ese país están en manos de organizaciones criminales.
En el caso español, el billete morado ha estado estrechamente relacionado con el boom inmobiliario que acabó en 2008. Así, en 2006-2007 España era el país de la zona euro en el que más billetes de 500 euros circulaban. Según el Banco de España, en esa época el 26% del total de esta denominación circulaba en el país, con un valor de 209.680 millones de euros. Esa cifra representaba el 60% del total del dinero en circulación en España. Diez años después, ese valor han menguado hasta unos 34.000 millones de euros.
El impacto del nacimiento del billete de 500 euros fue muy desigual en cada país. En España, por ejemplo, la denominación con más valor era la del billete de 10.000 pesetas (cerca de 60 euros), y en Francia de 500 francos (76 euros). Sin embargo, en Alemania existía un billete de 1.000 marcos, que equivale justamente a 500 euros. También Austria, Bélgica, Italia, Luxemburgo y Holanda disponían de billetes cuyo valor estaba comprendido entre 200 y 500 euros. Por tanto, ha sido justo en los países cercamos a Alemania en los que más ha irritado la progresiva desaparición del billete de 500. No es casual que el gobernador del banco central austríaco, Ewald Nowotny, haya censurado con dureza la medida, argumentando que se corre el riesgo de abrir un debate sobre "la abolición del dinero en efectivo".
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