viernes, 13 de mayo de 2016

Más contaminación

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de lanzar la señal de alarma: más del 80% de las personas que viven en zonas urbanas están expuestas a niveles de contaminación del aire que exceden los límites establecidos como perjudiciales. Ninguna región del mundo está a salvo de este problema, pero los que viven en ciudades de bajos ingresos se hallan especialmente expuestos, según un informe del citado organismo. El 98% de las ciudades de países con pocos o medianos ingresos y con más de 100.000 habitantes no cumplen con las directrices de calidad del aire de la propia OMS. En los países más ricos ese porcentaje se reduce al 56%.
En cinco años (2008-2013), la polución en las ciudades aumentó un 8%, según se desprende de la información recabada en 3.000 de las principales urbes del mundo. Además, la polución originada por las partículas pequeñas y ultrafinas (PM10 y PM2.5) causa más de tres millones de muertes prematuras cada año en todo el planeta, más que las muertes debidas a malaria y sida.
Casi ninguna región del mundo escapa al problema, pero el rápido crecimiento urbano en el Mediterráneo oriental, Oriente Medio y el sureste de Asia provoca una especial vulnerabilidad en estas zonas. Muchas de las urbes de estas regiones presentan niveles de polución que se sitúan entre 5 y 10 veces por encima de los valores recomendados por la OMS. La situación es bastante mejor en Norteamérica y en Europa occidental.
Tomando como referencia las partículas ultrafinas, que son las más peligrosas para la salud, los registros más preocupantes se dan en India, país que concentra 15 de las 30 ciudades con un aire más sucio con ese contaminante. China tiene cinco urbes en ese ranking, aunque la calidad de su atmósfera ha mejorado en los últimos cinco años. A la lista de los países en peor situación se han añadido Arabia Saudí, Irán, Pakistán o Nigeria. La ciudad en peor estado es Onitsha, un puerto del sur de Nigeria con tráfico intenso donde se superan 30 veces los valores preconizados por la OMS.
En los países desarrollados la situación es algo mejor. En España, el 32% de las 231 ciudades que ofrecen datos superan el listón de la Organización Mundial de la Salud. Barcelona rebasa ese límite pero, sorprendentemente, Madrid no lo hace. El deterioro de la calidad del aire se agrava a medida que crecen las grandes urbes en situación económica más precaria. En ellas, la población se muestra incapaz de escapar de las nubes de contaminación y partículas que desprenden el transporte, la industria, las obras públicas o la quema de combustibles en los hogares.
Los contaminantes del aire entran en los pulmones y en los sistemas cardiovasculares y ponen en riesgo la salud de las personas. La polución incrementa el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, enfermedades del corazón, cáncer de pulmón y afecciones respiratorias agudas, especialmente asma. Así, se espera que la cifra de tres millones de muertes prematuras se duplique a medida que la población aumente y el número de vehículos se aproxime a los 2.000 millones para 2050.
No obstante, el documento de la OMS propone soluciones para hacer frente al problema. Entre ellas destaca la necesidad de limitar las emisiones de las chimeneas, incrementar el uso de fuentes de energía renovables e incentivar los transportes colectivos, así como caminar y habilitar redes de carriles para bicicletas. En Europa, son muchas las ciudades que han planificado acciones para reducir el tráfico y el uso de vehículos de motor diésel más vetustos.


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