martes, 19 de abril de 2016

Economía con claroscuros

En la complicada situación económica actual asoman de cuando en cuando buenas noticias, aquellas que ratifican cierta recuperación tras la profunda crisis económica de los últimos años. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha sido la última en sumarse a cierto optimismo, al dar a conocer que la tasa de empleo de los países que la componen se situó en el cuarto trimestre de 2015 en el 66,5%, porcentaje con el que recupera su pico más elevado de antes de la crisis, alcanzado en el primer trimestre de 2008. Cosa distinta son las condiciones laborales y particularmente las salariales, aunque incluso así se trate de una buena noticia. En el conjunto del año pasado la tasa en los 34 Estados miembros de la OCDE fue del 66,2%, cinco décimas más que en 2014. 

Esta Organización tiene como objetivo coordinar las políticas económicas y sociales de los países que la componen, fue fundada en 1960 y su sede central está ubicada en París. Los representantes de los Estados se reúnen de forma periódica para intercambiar información y armonizar políticas con el objetivo de maximizar el crecimiento económico y colaborar en pos de su propio desarrollo y del de los países no miembros. Para darse cuenta de la importancia estratégica de la OCDE basta señalar que quienes lo forman suman el 70% del mercado mundial y representan el 80% del Producto Bruto mundial. El principal requisito formal para acceder al grupo es liberalizar progresivamente los movimientos de capitales y servicios. España ingresó en este selecto club el 3 de agosto de 1961
En las siete principales economías mundiales —Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Japón— la tasa de empleo creció en 2015 hasta el 69,1%, también cinco décimas más que en el año precedente. La UE, por su parte, aumentó ocho, hasta el 65,6%, y la eurozona lo hizo en siete décimas, hasta el 64,5%. En el lado negativo, los niveles más bajos fueron los de Turquía (50,2%), Grecia (50,8%), Italia (56,3%) y España (57,8%)
Por género, la tasa de empleo de la OCDE se situó en 2015 en el 74,1% entre los hombres, y en el 58,3% entre las mujeres, aunque fueron superiores en las siete principales economías —74,9% y 63,4%, respectivamente—, mientras que en la UE sólo llegaron al 70,9% entre los hombres y al 60,4% entre las mujeres.
Si se toman como referencia únicamente las cifras del cuatro trimestre del año pasado, la tasa de empleo avanzó en la OCDE dos décimas respecto al trimestre anterior, hasta el 66,5%, mientras que en las siete economías más importantes creció tres (69,4%), en la UE sumó dos (65,9%) y en la eurozona, una (64,7%). Esa última subida permitió encadenar nueve trimestres consecutivos al alza en la eurozona. El mayor avance trimestral, de seis décimas, correspondió a España (58,6%), por delante de Eslovaquia (+5 décimas, 63,4%) y Grecia (+4 décimas, 51,4%).   
Si la comparación se establece con el cuarto trimestre de 2014, la ODCE enfatizó que varios países de la eurozona con tasas de empleo "relativamente bajas" lograron un aumento "significativo". En ese grupo de rezagados están encuadrados España, con un avance de 1,9 puntos porcentuales; Grecia, con 1,7 puntos más; Irlanda (+1,3) y Portugal (también con +1,3). El principal problema de esos cinco países sigue siendo la tasa de empleo de los jóvenes que es realmente preocupante. Además, no aumentó al ritmo de la tasa total, con un aumento de un punto en España en el cuarto trimestre de 2015 respecto al mismo período de 2014, hasta el 18,2%; o de un exiguo 0,7 en Grecia, hasta el 12,8%. Es evidente, por tanto, que los avances anunciados siguen siendo insuficientes en los países con mayores problemas en lo referente a sus tasas de empleo, que se ceban particularmente con quienes desean incorporarse por primera vez al mercado laboral.
 

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