Acertar con el modelo que permita acelerar la superación de la crisis y dar estabilidad a la economía en los próximos años es uno de los grandes retos de cualquier país. Las 150 páginas de que consta el informe de Laboral Kutxa denominado 'Perspectivas sectoriales del empleo en la economía vasca' pretenden ser una aproximación a una cuestión tan esencial y ofrecer respuesta útiles en esa dirección. Las principales conclusiones del estudio inciden en que serán las industrias vinculadas al conocimiento y los servicios de proximidad al cliente los que actuarán a modo de palanca para crear empleo en los ejercicios venideros. Asimismo, se destaca que se ha producido una terciarización de la economía y se desdibujan las fronteras entre los diferentes sectores, mientras que la sobrecualificación y la incorporación de la mujer a perfiles técnicos serán cuestiones que requerirán una respuesta clara. Se apunta también a que el envejecimiento de la población será sinónimo de oportunidad desde el punto de vista del empleo y a que los servicios de proximidad como los dirigidos a la atención personal, salud o deporte adquieren mayor potencialidad en lo que se refiere a la generación de puestos de trabajo.
El informe parte de un detallado análisis de la evolución de la actividad económica y el empleo en la economía vasca en la última década y estudia las perspectivas de generación de actividad y puestos de trabajo a medio y largo plazo a nivel sectorial. Todo ello englobado en las perspectivas internacionales, fundamentalmente las de ámbito europeo. En lo que atañe a la situación de partida en la que se encuentra la Comunidad Autónoma Vasca en el momento de la salida de la crisis, la mirada sectorial se fija en una industria vulnerable, que ha sufrido una importante reducción de empleo, 65.000 puestos de trabajo menos entre 2008 y 2014, y la consiguiente disminución en su aportación al Valor Agregado Bruto. Así, la economía vasca presenta evidentes signos de terciarización. Son notables los declives de sectores como el del calzado, la madera, las artes gráficas y las actividades metalúrgicas. Los servicios, por su parte, han resistido mejor los embates de la crisis en términos de empleo, sobre todo en educación, sanidad y servicios sociales.
La población ocupada muestra en Euskadi un alto nivel de cualificación, y ésta es, precisamente, una de las claves para el empleo sostenible en Europa, junto a la formación. En el caso vasco se apunta a la necesidad "clara" de cualificación intermedia, ya que existe un problema estructural de sobrecualificación agudizado por la crisis. En consecuencia, el informe defiende una mejora en los procesos de orientación profesional, como modo de anticipar las necesidades de las empresas y prevenir los ajustes entre la oferta y la demanda de empleo.
El estudio de la entidad bancaria proyecta los resultados de su análisis hacia la próxima década e identifica los sectores con mayor potencial de crecimiento y las oportunidades de empleo que se producirán. Desde el punto de vista demográfico, el envejecimiento se presenta como una oportunidad para el empleo, ya que se reducirá el número de personas en edad de trabajar. Las estimaciones anticipan una demanda de sustitución que alcanza los 266.000 puestos de trabajo vacantes por jubilación hasta 2024, frente a una demanda de expansión de tan solo 36.000 puestos de nueva creación. Las principales oportunidades en este último apartado llegarán de la mano de la 'nueva industria', vinculada a la economía del conocimiento y a la sostenibilidad. En este contexto, los servicios de proximidad a la demanda final serán un ámbito muy importante de creación de empleo terciario.
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