Los occidentales tenemos a menudo una visión del mundo un tanto unívoca y limitada, dando por universales muchas de nuestras convenciones y costumbres. Pero el planeta es una suma de singularidades, de prácticas y tradiciones que atañen a muchos millones de personas. China constituye, por ejemplo, un compendio caleidoscópico riquísimo y multitudinario lleno de personalidad propia. La medianoche del domingo al lunes, por ejemplo, los ciudadanos de aquel país darán la bienvenida al nuevo año lunar, una de las festividades más importantes de su calendario, que este año corresponderá al mono. Parece ser que los nacidos bajo este signo son astutos, inteligentes y curiosos, con una vida dichosa por delante y mucha seguridad en sí mismos. Aún así, el del mono no es considerado el mejor de entre los 12 signos del zodiaco, ya que se ubica entre el de la cabra y el pollo, que no son precisamente los más prometedores. El mejor es el del dragón, que viene a significar poder y riqueza.
Lo que a nuestro parecer podría ser pura superchería tiene consecuencias de primer orden en la vida de los chinos. En años anteriores correspondientes al dragón el número de nacimientos aumentó hasta un 5%, y en el que acaba de terminar, el de la cabra, que solo parece ofrecer una vida muy dura, han nacido 320.000 niños menos que en los 12 meses precedentes. Es la primera vez que ocurre en el último lustro. A pesar de no situarse en la parte más noble del zodiaco chino, el del mono podría cambiar esa tendencia, sobre todo por la anulación total de la política del hijo único decretada por las autoridades hace unos meses.
En realidad, el Gobierno chino lleva ya varios años eliminando gradualmente esa política, que desde la década de 1980 prohibió a las familias tener dos vástagos y que ha dejado como legado un grave problema de envejecimiento de la población y una peligrosa desproporción entre hombres y mujeres. Uno de los avances se produjo en 2013, cuando se permitió que cualquier matrimonio tuviera dos hijos, siempre y cuando uno de los cónyuges no tuviera hermanos. No obstante, esta medida no dio los frutos esperados, ya que las solicitudes fueron mucho menores que las previstas. En 2014 solo un millón de parejas pidió tener un segundo hijo, siendo la mitad de lo que las autoridades esperaban. Ahora, la prensa china ensalza las virtudes del mono para animar a las parejas a procrear. La agencia oficial Xinhua se ha sumado a otros medios oficiales que han destacado en los últimos días las ventajas del mono sobre la cabra.
Millones de personas aprovechan estas festividades para viajar a sus ciudades de origen, lo que da lugar a un inmenso ir y venir a lo largo de todo el país. El cambio de año chino se fundamenta en el calendario lunar, que no marca el 2016 sino el 4714, y fija el inicio del año en la luna nueva más próxima al día equidistante entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera. En la cultura occidental el signo del zodiaco está marcado por el mes de nacimiento, pero en el caso de China es el año el que lo define.
La tradición cuenta que Buda, viendo llegada la hora de su muerte, quiso reunir a todos los animales del planeta para dar testimonio de su última voluntad. Pero solo se presentaron doce. La rata fue la primera, y después llegaron el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. Como premio a su devoción religiosa, los convirtió en los doce signos del zodiaco. Cada uno de los animales citados reúne una serie de cualidades o defectos y, por lo que se ve, son muchos los ciudadanos chinos que los toman muy en cuenta.
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