domingo, 9 de agosto de 2015

Los síntomas de China

Era un gigante dormido, pero despertó hace mucho tiempo. Su ritmo de crecimiento es constante desde entonces, con una velocidad de vértigo. La transformación del país ha sido brutal desde la muerte de Mao y la adopción de un marco económico de corte capitalista que coexiste sin aparente dificultad con el monopolio político del Partido Comunista. El desarrollo chino le ha permitido multiplicar su peso en la esfera internacional, convirtiéndose en uno de los principales actores no sólo en su área de influencia natural sino en todo el mundo. Las grandes inversiones realizadas en continentes como el africano pero también en economías del mundo más desarrollado han colocado a China en una posición preeminente, con grandes intereses en sectores estratégicos y un peso específico decisivo en en el panorama financiero global.
Por todo ello, y habida cuenta de la estrecha interdependencia de las economías más importantes, la desaceleración económica china está provocando una gran preocupación en todo el globo. Los últimos datos que llegan desde Pekín siguen sin ser halagüeños. Su comercio exterior ha sufrido una caída interanual del 7,3%, y del 8,8% en el mes de julio. En un contexto de baja demanda interna e internacional y con un yuan que sigue apreciándose frente a las divisas más poderosas, entre enero y julio las importaciones chinas cayeron hasta el 14,6% interanual, aunque las exportaciones sólo lo hicieron en un 0,9%.
Este marco pone en riesgo el objetivo de la segunda economía mundial de alcanzar un 7% de crecimiento para el conjunto de este año. También se han visto afectados los intercambios entre China y la Unión Europea, que cayeron un 7,6% interanual en los primeros siete meses y alcanzaron los 319.000 millones de dólares. No ocurrió lo mismo con respecto a los Estados Unidos, ya que el flujo comercial común creció un 2,7%.
A comienzos de año, China estableció varios recortes de tipos de interés y redujo el coeficiente de ahorro de los bancos, para estimular el crédito y la circulación de capitales. Esta estrategia se ha visto complementada hace unos días con emisiones de deuda y anuncios de grandes inversiones en infraestructuras. El crecimiento del primer trimestre de 2015, que fue del 7%, es el peor en seis años para un país que ha sufrido en julio su peor crisis bursátil en mucho tiempo. En ocho semanas, la Bolsa china se ha desplomado un 27% por el debilitamiento de la confianza en la economía y en la capacidad de las autoridades para el manejo de los problemas del mercado financiero. Así las cosas, habrá que seguir muy atentos a la evolución económica del país, ya que de su suerte depende también, en mayor medida de lo que pensamos, la nuestra propia.


0 comentarios :

Publicar un comentario

Gracias por enviarnos tus comentarios. Si cumplen con nuestras normas se publicarán en nuestro blog.

 
prestashop themes