Nunca es tarde si la dicha es buena, dice el refrán. Y no le falta razón, aunque siempre caben los matices y la adecuada contextualización. La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de anunciar que la nueva vacuna del ébola que se está probando en Guinea Conackry tiene una efectividad sin fisuras, del 100%, aunque todavía la experimentación se halla en una fase de tipo preliminar. Será clave lo que ocurra en los próximos meses, en los que se seguirá vacunando a la población en riesgo de contraer esta terrible enfermedad con el objetivo de comprobar si se genera inmunidad de grupo. Se trataría de un paso trascendental para detener en seco una epidemia que en los últimos meses ha provocado 11.000 muertes y que genera auténtico terror allí donde aparece.
La metodología es similar a la que se utilizó en su día para la erradicación de la viruela, y se basa en la vacunación en anillo. El centro de cada uno de los anillos es un infectado y quienes han tenido contacto estrecho con el mismo son vacunados. Hasta el momento son más de 4.000 las personas que han sido inmunizadas, familiares, vecinos y compañeros de trabajo de 100 enfermos. El segundo gran anillo está compuesto por unos 1.200 médicos y sanitarios, según ha informado Médicos Sin Fronteras. La vacuna ensayada con éxito es la VSV-EBOV, desarrollada por la Agencia de Salud Pública de Canadá y cuya licencia está en manos de la farmacéutica estadounidense Merck. Uno de los inconvenientes de la vacuna es que tiene que conservarse en lugares frescos en países tropicales con muchos cortes eléctricos, por lo que se seguirá buscando una formulación termoestable.
Hasta el momento, tomando como referencia los datos de la OMS a 27 de julio, en año y medio se han registrado 27.784 casos de ébola, de los que 11.294 han terminado en muerte. Ante ese panorama, los expertos siguen pidiendo mucha cautela, aunque reconocen que los resultados de la vacuna son muy esperanzadores. La vacuna combina el virus de la estomatitis vesicular con un gen que codifica una proteína clave de la cepa Zaire del ébola, su forma más agresiva y letal conocida. Las pruebas han revelado su eficacia en humanos en menos de un año, lo que se considera "un tiempo récord".
Precisamente, la rapidez con la que se ha encontrado una vacuna eficaz ha generado un vivo debate acerca de las prioridades de las empresas farmacéuticas. Ya el año pasado, la directora general de la OMS Margaret Chan manifestó abiertamente que aún no había remedio contra el ébola "porque hasta ahora era cosa de países africanos pobres" y "una industria con ánimo de lucro no invierte en productos para los mercados que no pueden pagarlos". Tras esas declaraciones hay muchos motivos para la reflexión, ya que la lucha contra las enfermedades no puede regirse por criterios fundamentalmente comerciales. Salvar vidas debería ser la máxima prioridad de las autoridades sanitarias mundiales, que tienen en sus manos ir mucho más allá de las declaraciones escalofriantes.
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