Semana Santa turística

Aunque aún nos parezca sorprendente, por la falta de costumbre no por otra cosa, Bilbao se ha convertido en un referente de primer nivel para el llamado turismo de calidad. Esta Semana Santa, sin ir más lejos, la ocupación media de los hoteles bilbaínos ha ascendido al 83%. La cifra es magnífica en cualquier caso y más aún si tenemos en cuenta la falta de pulso comercial de la ciudad en estas fechas. Este año se ha hecho un esfuerzo añadido por parte de las distintas administraciones para animar la vida de la capital gracias a diversos eventos de promoción turística, aunque muchos visitantes siguen quejándose de que una ciudad de semejante nivel aparezca con un perfil tan bajo en estos días tan señalados.

Es una vieja polémica recurrente que por el momento no tiene más solución que la actual. Ser una ciudad turística y fomentar esa característica genera una serie de obligaciones de cara al turista que se acerca en gran cantidad a conocer de cerca los innumerables atractivos tanto de Bilbao como del resto de Bizkaia. Por el momento esa ecuación está lejos de resolverse y sólo determinados parches están consiguiendo ofrecer una imagen menos árida de estas jornadas de asueto en la Villa.

Pero también hay quien ha echado el resto estos días. Gran parte de la hostelería, por ejemplo. Las barras llenas de pintxos son un excelente reclamo para todos los que se animan a visitar Bilbao. No en vano, la gastronomía vasca es especialmente valorada por cualquier foráneo y ver los bares y restaurantes abiertos atempera la sensación de ciudad cerrada por vacaciones. 

En ese sentido, el alcalde Ibon Areso se ha felicitado por los buenos resultados económicos que va a generar este año la Semana Santa en la capital. El Ayuntamiento lleva mucho tiempo queriendo ampliar la oferta que la ciudad ofrece a los visitantes, y ha pedido a los diferentes gremios que se impliquen en esa labor. Por el momento, con desigual suerte. Tener una ocupación del 83% en los hoteles no es compatible con echar el cierre en sectores enteros. Y esa contradicción terminará por solventarse en una dirección o en otra: o se da respuesta a la demanda turística o mucha gente empezará a elegir otras ciudades que le ofrezcan más servicios y posibilidades de consumo y ocio. 

  

Categoría: Joseba Arruti