Los miembros del Parlamento Europeo se empiezan a preguntar de manera formal por lo que a todas luces es un despropósito que, como no se detenga, va a causar mucho sufrimiento en los sistemas de salud europeos. ¿Por qué son cada vez más caras las medicinas que salvan vidas? Si lees el periódico, descubrirás que cuando decimos caras hablamos de muy caras; de tratamientos que cuestan decenas de miles de euros y que, por su precio, las autoridades de algunos países se van a ver obligadas a sacar del sistema gratuito. En ese momento, vivirá quien tenga dinero.
Leo en un periódico: “Los oncólogos consideran que los nuevos fármacos van a cambiar la práctica clínica, pero requerirán de algunas reformas organizativas para asegurar la sostenibilidad del sistema sanitario. Por ejemplo, el incremento del número de casos consecuencia del envejecimiento de la población supondrá que habrá más pacientes con más edad y con patologías asociadas como diabetes o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), lo que aumentará la complejidad en el manejo terapéutico”. Un buen ejemplo es el Sofosbuvir, un fármaco utilizado para tratar la hepatitis C. Sofosbuvir es vendido por la compañía farmacéutica Gilead, que normalmente cobra entre 50.000 y 60.000 euros por paciente en la zona del euro para un calendario de 12 semanas de tratamiento. Dinero, en resumen. Los eurodiputados lo dicen muy claro: la industria farmacéutica está en en el centro de este problema; ella está poniendo en peligro la igualdad de acceso a los tratamientos, lo que supone una sobre carga sobre los sistemas de salud. Por avanzar otro tramo: si este es el panorama que dibujamos en el primer mundo, qué se puede decir de los que tratan de abandonar la franja del tercer mundo y de los que ni lo intentan. Desde el año 2000 Naciones Unidas trabaja por conseguir lo que en su momento se llamó Objetivos de desarrollo del Milenio. Allí se habla de todo, pero, fundamentalmente, de salud, porque, como señalan los expertos “el mejoramiento de la salud es esencial para que se avance hacia el logro de los demás Objetivos de desarrollo del Milenio”. Si tienes un rato, léete el texto completo de los Objetivos, no te quedes en el encabezamiento. Si haces la cuenta, descubrirás que tres de los ocho Objetivos, ocho de las 16 Metas y 18 de los 48 Indicadores se relacionan directamente con la salud. La salud, en el centro.
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