Un científico israelí llamado Assaf Shaham se ocupa desde hace años de una granja de coral artificial en pleno desierto de Negev y su granja no es especial por cultivar coral de bonitos colores para alegrar el acuario de cualquier aficionado, no. Del coral de Assaf Shaham se habla en las publicaciones científicas porque se idea es utilizarlo para reconstruir huesos del esqueleto humano. Él afirma que el coral es una alternativa segura a los injertos óseos humanos que la medicina practica tradicionalmente. En realidad, dice, su idea no es muy diferente a la que manejan quienes generan hueso artificial en la consulta para implantar prótesis dentales.
Dice Assaf Shaham que el coral es el sustituto perfecto óseo porque, en contra de lo que ocurre cuando se trasplantan huesos humanos o animales, aquí nunca se presenta el problema del rechazo. Por otro lado, por si hubiera exceso de celo en el cuidado de los ecosistemas, su granja de producción artificial no entra en conflicto con lo que en el mar ocurre de manera natural. Todo su problema ahora consiste en crear un coral 100% compatible con el hueso humano.
Para acelerar los procesos (lentos de por sí) Shaham pasa su tiempo ajustando los niveles de salinidad y la temperatura del agua. Y alimentando a los peces. En los tanques ocurre exactamente lo que en el mar: los peces se alimentan; como consecuencia, depositan sus excrementos y demás residuos; todo lo cual es utilizado por el coral para alimentarse y crecer.Y así sucesivamente.
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