miércoles, 3 de septiembre de 2014

Soy un vago de preocupar

Alguna vez me lo he dicho y sé que muchas personas lo dicen de sí mismas (no necesariamente en público), y es que todos pasamos por épocas improductivas cuando se trata de nuestras obligaciones. O, lo que es normal: no todos podemos ir al 100% todos los días. Evidentemente, no hablo de los vagos profesionales que, excepcionalmente, trabajan un día al mes: esos no nos interesan lo más mínimo.


Aquí no hay más que una salida: motivarse. Motivarse, ¿cómo? Lo primero de todo es ser menos duro con uno mismo, es decir, dejar a un lado la sensación de que uno es un inútil de mala muerte, incapaz de alcanzar cualquier objetivo. La ciencia ha demostrado más que de sobra que los trabajadores más productivos son los felices, y tú, evidentemente no lo serás si dedicas tu tiempo a dar cabezazos a la pared lamentándote de tu falta de empuje y recordándote todo lo que te queda por hacer.

Además, deberías elegir a tus amigos con inteligencia, porque tal como demuestran las más modernas investigaciones, según pasa el tiempo cada uno de nosotros tendemos a imitar los hábitos de nuestros amigos. Hablo de sus hábitos alimenticios, de sus hábitos de salud, de sus aspiraciones profesionales, etc. Si formas parte de un grupo positivo y feliz es muy probable que tú te apuntes a ese carro.

Naturalmente, estará muy bien que hagas listas de tareas, no tanto para que siempre tengas presente aquello que te falta por hacer sino como una herramienta estimulante. Por ello, tus listas deben ser sobre todo realistas. Listas cortas, sensatas, y tener buena disposición. Es fundamental organizarse, poner orden en las tareas. Y cuando logras completar cada uno de los puntos de tu lista, celébrarlo, date una recompensa.

Es muy importante dormir. Grandes empresas han demostrado entre sus empleados que dormir menos de seis horas al día es la mayor causa de desgaste profesional en el puesto de trabajo. Los estudios también dicen que si un día a la semana durmiéramos 10 horas, nuestra vida sería diferente. También se puede recurrir a la siesta porque ya ha quedado claro que un descanso a mediodía de 20 minutos espabila más y mejor que una taza de café.

0 comentarios :

Publicar un comentario

Gracias por enviarnos tus comentarios. Si cumplen con nuestras normas se publicarán en nuestro blog.

 
prestashop themes