No te dejes engañar: una cosa es que tengan un tamaño reducido y otra pensar que su impacto medioambiental también es mínimo. Hablo de las pilas (o baterías, si quieres) que utilizamos por millones en todo el mundo para activar aparatos de radio, relojes, teléfonos, juguetes, ordenadores, herramientas, mandos a distancia, electrodomésticos, etc., etc. Las pilas contienen productos como el mercurio, el plomo, el cadmio y el níquel, todos ellos metales pesados, que son altamente tóxicos. Especialmente peligrosas son las pilas alcalinas de uso doméstico y lo que llamamos “pilas de botón”, específicas para aparatos de pequeño tamaño (relojes, etc.).
La pregunta del millón es qué hacer para conseguir que las pilas tengan el mínimo impacto posible dado que, por lo visto, nos va a ser difícil deshacernos de ellas. Quiero decir que hay demasiados intereses en que las cosas sigan como están y tendremos pilas para rato. No hay milagros; sencillamente se trata de darle dos vueltas a la famosa triple R (reducir, reutilizar, reciclar) e ir viendo qué novedades nos ofrecen la ciencia y la tecnología para ser cada vez mejores usuarios de pilas y baterías.
Hay cosas sencillas de hacer, como comprar juguetes alternativos. También hay aparatos que se autoabastecen con una sencilla dinamo (radios, linternas, teléfonos, etc.). Desde luego, puestos a comprar, compremos siempre baterías recargables y cuando el aparato no haya de usarse durante un tiempo, saquemos las pilas del aparato y dejémoslas en un lugar seco. Todos hemos visto cómo degeneran las pilas y los líquidos que segregan cuando nos olvidamos de ellas por tiempo.
Como cada vez aparecen cacharros nuevos, aprovechemos los realmente interesantes. Por ejemplo, hay cargadores solares para todo, incluso para las baterías recargables. No prescindiremos de ellas pero, por lo menos, las cargaremos con energía limpia. Los minipaneles solares adosados a la mochila y a otros lugares van a dar mucho de sí en el próximo futuro. El sol está ahí para todos.
Yo no sé cómo reciclan las pilas las empresas que se dedican a ello. Sí sé que en muchos lugares (centros oficiales, grandes superficies, etc.) hay depósitos para dejar las pilas inútiles, así que, por mi parte, lo que me toca es no caer en la tentación de tirarlas a la basura y olvidarme e ellas. Recuerda que los metales pesados que contienen pueden acabar en el subsuelo y en las aguas subterráneas que algún día terminarán en el mar y en las vísceras de los peces que comemos.
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