No puedo evitarlo. Veo una noticia sobre inventos o descubrimientos de todo tipo y los ojos se me van solos. Eso de que alguien con su capacidad y su esfuerzo sea capaz de desarrollar algo útil o que suponga un avance para mejorar nuestras vidas me parece fascinante. Me da envidia, vamos, y si además el invento en cuestión es beneficioso, tanto mejor. Me interesa más quien inventa un robot capaz de hacer cirugía de precisión que quien crea un arma muy destructiva e igual de precisa que el robot-cirujano.
Los casos se multiplican: por ejemplo, la jeringuilla XStat, que se lleva en el bolsillo y puede salvar una vida si la necesita un herido de bala, de metralla o de arma blanca: la jeringa contiene pequeñas esponjas impregnadas en quitosano, capaces por tanto de mantener a raya una hemorragia y de aislar las heridas frente a infecciones, coágulos, etc. Dicen los expertos que el 80% de las muertes en el campo de batalla se producen por la pérdida excesiva de sangre. Los ejércitos y policías del mundo lo agradecerán. El colmo es que el quitosano nació para reducir la grasa en casos de obesidad
El Sccket es un balón de fútbol “casi” normal. Sirve para lo que sirven los balones, y alguien ha pensado que es posible aprovechar la energía cinética que genera cuando está en movimiento. Pues bien, dotado de una toma USB debidamente protegida y de una batería, generan la energía necesaria para alimentar una lámpara LED durante tres horas, lo que según el lugar y la circunstancia puede no ser una bagatela.
Corky es un invento también relacionado con la energía. Es un ratón de ordenador más inteligente que los demás porque su inventora le ha añadido un dispositivo que también almacena la energía que genera mientras lo manipulamos. Conectado a la batería del ordenador aporta su dosis de energía y multiplica su eficiencia.
Morpher es un casco de bicicleta que protege la cabeza de los usuarios a la vez que resuelve el gran problema de estos artilugios: su tamaño. Aparcas la bici y ¿qué haces con el casco? Si has de llevarlo contigo ya estás buscando una mochila como solución menos mala. También puedes comprarte un Morpher que es un casco “plegable”, capaz de adoptar la forma de un libro y, evidentemente, cumpliendo los estándares de seguridad.
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