Nadie debería extrañarse de que todos los aparatos que nos rodean, incluso los más simples, se vuelvan “inteligentes” teniendo en cuenta que vivimos en una época donde prima lo “smart”. Si un móvil es capaz a estas alturas de detectar tu estado de ánimo y de, llegado el caso, optar por soltarte cierta dosis de música para que te relajes, ¿Por qué no iba alguien a inventar un timbre inteligente, es decir, capaz de tomar decisiones? Si lo piensas bien, el timbre es probablemente el aparato doméstico cotidiano que menos ha evolucionado en décadas.
Hay en el mercado un modelo de timbre (puede que más a estas alturas) que tiene, además del sabido ding-dong, del interfono y de la cámara en circuito cerrado, algunas otras capacidades. Por ejemplo dispone de un sistema de reconocimiento facial y ello, previa programación, le habilita para transmitir, si estamos fuera, un saludo de excusa a nuestro amigo visitante; para recibir al cartero y darle instrucciones sobre el envío que nos quiere entregar; para “espantar” a los vendedores no deseados o a los vecinos pesados. De todo ello es capaz de enviar cumplida información a un móvil, o a la policía en caso de robo. Por cierto, a pesar de los ejemplos, también es capaz de reconocer a las visitas bien recibidas y de abrir la puerta, además de permitir el contacto directo con el visitante dada la conexión móvil-timbre.
Dicen sus creadores que, en cuestiones de reconocimiento facial, el aparato alcanza un grado de aciertos del 99,6%. También hablan de su versatilidad. De hecho se puede integrar sin dificultad con otros sistemas inteligentes del hogar, como el de la iluminación.
0 comentarios :
Publicar un comentario
Gracias por enviarnos tus comentarios. Si cumplen con nuestras normas se publicarán en nuestro blog.