Hace unos días conversábamos, entre amigos, sobre cómo era el paisaje urbano cuando la actividad de las minas de hierro estaba pujante en esta Zona Minera, Meatzaldea. No hablábamos de la última época, cuando Agruminsa cesó en su actividad, sino de la etapa anterior. Uno de los asistentes disponía de no pocas fotografías, en ellas se veían las infraestructuras mineras, planos inclinados, ferrocarriles, tranvías aéreos etc…
Era sorprendente ver las grandes estructuras de apoyo de las líneas de baldes, los tranvías aéreos. No sólo por su majestuosidad dominante sobre el entorno natural además de su avanzada tecnología, sino también porque invadían espacios urbanos.
Toda la comarca estaba salpicada por esa gran maquinaria de extracción, lavado, calcinado, transporte en ferrocarril y embarque de mineral en los cargaderos de la costa y de la ría Ibaizabal. La sociedad vivía entre esas máquinas, los niños jugaban al pie de los caballetes, los baserritarras labraban, pastoreaban y realizaban las tareas propias del campo a la sombra de estos ingenios.
Me puedo imaginar que también esa ingente actividad estaría acompañada de algo de ruido, de polvo, de interferencias de las reparaciones de esa maquinaria en las intersecciones con los caminos públicos; en fin la simbiosis existente entre la sociedad, su desarrollo y la industria que lo posibilitó.
Aquellos jóvenes adolescentes, que aprendieron los oficios vinculados con la actividad entre la que vivían y jugaban, hoy nos dan testimonio orgullosos de sus profesiones. Nos hablan de todo aquello, ya desaparecido.
Menos mal que aún existen personas con inquietud etnográfica industrial; como son, entre otros, los voluntarios del Museo de la Minería del País Vasco en Gallarta-Abanto y Zierbena. Gracias a éstos podemos ver, sin necesidad de forzar la imaginación, la gran transformación del paisaje y de la sociedad inducida por aquella pujante industria extractiva.
Seguramente, si hoy se diera esa situación, el retorno de plusvalías sería más justo y equitativo. La sociedad y la Administración Pública tienen más legislación regulatoria en todos sus niveles, desde el nivel local hasta el propio de la Unión Europea además otros acuerdos voluntarios de ámbito internacional, pasando por el Autonómico y Estatal.
A la sombra de aquella gran maquinaria, crecieron los altos hornos, los astilleros, las grandes factorías de bienes de equipo y con todo esto la sociedad. Debemos ser capaces de impulsar el sector industrial, la energía es el “hierro de hoy”. Nuestros jóvenes están formados para ser los dignos trabajadores de ese sector y otras actividades conexas, debemos ser capaces de conciliar la oportunidad que se nos presenta y seguro que algún día también tendremos un museo de lo que hoy queramos ser.
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