domingo, 8 de junio de 2014

El agua como soporte vital

El pasado día 5 fue el Día Mundial del Medio Ambiente, en todos los medios de comunicación fue una noticia relevante y se apreciaba que el “agua” era el motivo más aludido. Aparecían en las publicaciones de los medios de comunicación imágenes de ríos, arroyos, embalses etc… Es cierto que en la información también se abordaba la calidad del aire o el estado ecológico del territorio en general. Pero el agua estaba de forma destacada, se reiteraban las imágenes de los escenarios en los que el líquido elemento se encuentra en la naturaleza.


Si echamos la vista atrás, recordando nuestros ríos y estuarios hace escasos 20 años, veremos cómo el Nervión y otros cursos de agua que fluyen por nuestros pueblos y ciudades estaban maltratados. Los vertidos domésticos e industriales se realizaban sin ningún tipo de depuración o, en el mejor de los casos, se aplicaba una depuración burda e insuficiente.

Así utilizábamos el agua, la captábamos en la naturaleza, la depurábamos para el consumo y después de utilizarla la devolvíamos al “medio natural para que éste la regenerara”. Claro, luego en nuestro tiempo de ocio queríamos pescar, bañarnos, navegar etc… y nos encontrábamos con la suciedad que desde nuestros domicilios y actividades habíamos vertido.

Hoy la situación es muy distinta, hemos aprendido a retornar el agua a la naturaleza en condiciones adecuadas evitando así la degradación del medio natural. Es más, tras la depuración en algunos sistemas, el agua vuelve a ser reciclada en diferentes usos antes de retornarla a la naturaleza.

Con este comportamiento responsable los cursos de agua son parte importante de las ciudades, antes muchas urbes vivían de espaldas a éstos. Ahora los paseos fluviales peatonales, áreas de ocio, accesos a la lámina de agua y la práctica deportiva son intrínsecas a las existencia de cauces, estuarios y embalses.

En otros lugares, como el estuario del río Barbadun, hemos podido ver un gran cambio. Recuerdo de niño el agua y la arena marrón, de la playa de La Arena, teñida por el miñón y la arcilla procedentes de las explotaciones mineras abandonadas ya en aquellos años. Sobre aquellas maltratadas aguas, se tiraban los desechos y casquería del matadero municipal de Muskiz y el resto de las aguas de actividades diversas, algunas sin depurar como las domiciliarias.

Hoy el río y el estuario son ZEC, Zona de Especial Conservación, con alto valor ecológico y con calidad de agua de baño es excelente, como indica en sus informes periódicos el Gobierno Vasco. Es evidente que el trabajo y planificación corresponsable entre Instituciones y administrados ha dado excelente resultados, parece un camino eficaz.

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