Fue ayer (8 de marzo) pero, agarrándome al tópico, justificaré este escrito de hoy diciendo que todos los días son “de la mujer”, como lo son “del medio ambiente” o “de las enfermedades raras”. Un tópico que sirve para aclarar que los asuntos pendientes de importancia deben ocuparnos todos los días del año, no sólo el día que la ONU o quien sea determinen.
La cosa es que ayer mismo leí un curioso artículo relatando las conclusiones de un estudio realizado con niñas en relación con los juguetes que usan habitualmente. Hablando de cierta muñeca (no diré su marca porque sé que es archiconocida), el estudio concluye que pese a que se vende ataviada con más de 130 vestimentas y uniformes correspondientes a otras tantas profesiones, parece ser que (estadísticas en mano) las niñas que juegan exclusivamente con ella no se distinguen por la diversidad de oficios y profesiones que se ven o se sienten capaces de desarrollar al llegar a la edad adulta. Ven para sí mismas un abanico de opciones más restringido que el que sugieren las niñas que juegan con variedad de juguetes y, desde luego, más estrecho que el que proponen los niños. Hablo de una estadística.
Los autores, muy prudentes ellos, se apresuran a explicar que no procede estigmatizar la muñeca en cuestión ni sacar conclusiones precipitadas, pero que sí es conveniente hacer una reflexión sobre los juguetes que utilizan nuestros hijos e hijas. Una reflexión, dicen, que podría realizarse desde un cuádruple punto de vista.
Primero, échale un ojo al cajón de juguetes de tus hijos y, si la echas de menos, aporta variedad. Diversifica. Muñecas, sí. Figuras de acción, también. Y rompecabezas, juegos de mesa, cuerdas para saltar, pelotas, palas, libros, kits de ciencia, juegos individuales y colectivos, etc. Segundo, rompe estereotipos, no los refuerces. Una muñeca con tacones de aguja puede ejercer de carpintero o albañil siempre que se cambie de calzado; una muñeca puede del mismo modo jugar a maquillarse y a construir una nave espacial. Tercero, pon la lupa asimismo en los mensajes que tus hijos reciben a través de los medios de comunicación, de la televisión sobre todo. ¿Qué podrías hacer para que los mensajes sexistas que de allí reciben tuvieran su correspondiente contrapeso? Cuarto, recuerda que un niño y una niña son seres muy complejos y no tiene sentido pensar que éste o aquel juguete, por sí mismos, va a decidir su personalidad y su futuro. Vigila sus juguetes, sí; apórtale variedad, sí; pero recuerda que su desarrollo es el resultado de sumar ésos y muchos (muchísimos) otros factores.
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