domingo, 23 de febrero de 2014

Hospital de Día

Un Hospital de Día es una unidad hospitalaria que proporciona tratamientos especializados (por ejemplo, para tratar el cáncer) sin que los pacientes estén ingresados al modo convencional. Conozco dos de ellos y, por lo que he visto, se dedican mayoritariamente a prestar tratamientos de quimioterapia con el objetivo de combatir alguna de las más de doscientas enfermedades distintas que se esconden detrás de la palabra “cáncer”.

Pese a que la sociedad ha dado pasos en la buena dirección, el “cáncer” sigue siendo una enfermedad “maldita”, como lo es el SIDA o como en su tiempo lo fueron la sífilis, la lepra o la epilepsia. Saber que ese estigma tiene que ver con el desconocimiento y con la falta de soluciones que durante décadas han sufrido los enfermos de cáncer, y saber que hoy en día las cosas han cambiado radicalmente de manera que muchísimos enfermos se curan son circunstancias que puede ayudar a que el cáncer pierda esa etiqueta de enfermedad tabú. En eso estamos.

Sea como fuere, y quizá por esa historia que arrastra la palabreja, ahora mismo un enfermo de cáncer se enfrenta a su enfermedad con una mezcla (no sé si a partes iguales) de sufrimiento y de temor. Quienes trabajan en los hospitales de día y, en general, todos aquellos que tratan con enfermos de cáncer saben perfectamente lo que pasa por la cabeza de sus pacientes y, desde el primer momento, se ocupan de esas circunstancias tanto como de la enfermedad misma. Por lo que he visto y lo que veo, me atrevo a decir que los profesionales sanitarios que tratan con enfermos de cáncer se preocupan tanto de realizar bien el papel de psicólogos para encauzar el desasosiego de los pacientes como de estar a la última en el conocimiento de su especialidad. En oncología, más que en ninguna otra especialidad, se demuestra que ambos cometidos van de la mano. He leído por ahí (y me lo creo) que la impotencia y la desesperación que tan a menudo sobrevuelan la mente de los pacientes de cáncer son perjudiciales en sí mismos porque propician el desarrollo de los tumores.

Conozco dos, como he dicho, (Cruces y Basurto, en Bizkaia) y me quito el sombrero viendo el ambiente positivo que todos los profesionales sanitarios favorecen, provocan y generan en estos hospitales de día. Ellos, mejor que nadie, conocen la íntima relación que existe entre la mente y el cuerpo de los seres humanos y se afanan por ofrecer el más cálido y cercano escenario posible para que, de entrada, la cabeza de los pacientes esté en una onda positiva. Si no sabes de qué hablo, un día de éstos date una vuelta por un Hospital de Día y atiende. Lo descubrirás en el primer minuto.

 
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