jueves, 23 de enero de 2014

Mandela

Desde que falleció el pasado 5 de diciembre, ríos de tinta y horas de radio y televisión se han consumido para glosar la vida y la obra del que puede pasar a la historia como el hombre más admirado y más inspirador de la historia universal contemporánea. Se ha hablado de sus cualidades como líder, de la autoridad moral que alcanzó con sus palabras y con sus hechos, y del extraordinario ser humano que resultó ser teniendo en cuenta la vida que le tocó vivir. 

A mí, sin dejar de lado esas cuestiones que, obviamente, me parecen muy reseñables, me importan todos aquellos aspectos que le aproximan al suelo, que le hacen de carne y hueso, más allá del personaje y del mito. Por eso, me interesa saber que no fue demasiado buen estudiante (quizá porque se metía en demasiadas “guerras”), y que le costó hacerse abogado, todo ello pese a que en el momento de su muerte acumulaba más de 50 doctorados honoris causa de universidades de todo el planeta. Paradojas que él seguramente sobrellevó con el mejor espíritu.


También me importa saber que tuvo sus más y sus menos como marido y como padre, que no pudo ver crecer a sus hijos, y que se las tuvo tiesas con sus nietos. Me interesa saber que le gustaban el pollo y los callos, como a cualquiera. Que le gustaba bailar, y que esa faceta, junto a su sonrisa permanente, era una de sus armas políticas más efectivas. Y que los más de mil premios, títulos honoríficos, galardones, reconocimientos, etc., etc., que recibió en la última etapa de su vida no parecieron haberle cambiado. Claro que, muy probablemente, ese estilo coherente se forjó en los 27 duros años que pasó en la cárcel, donde también supo soportar tentaciones de todo tipo: cuentan que, por lo menos en tres ocasiones, le propusieron la libertad condicional a cambio de renunciar públicamente a su ideario antiapartheid. No es necesario decir que rechazó la oferta en todos los casos.

0 comentarios :

Publicar un comentario

Gracias por enviarnos tus comentarios. Si cumplen con nuestras normas se publicarán en nuestro blog.

 
prestashop themes